viernes, enero 23, 2009

Inseguridad

A dos días después de que Ramiro había cortado su relación amorosa con su novia Aidea, él en una noche cae en un sueño profundo.

Se encontraba en un bar con su mejor amigo, este le daba razones por la cual hizo bien que haya terminado con Aidea. Ramiro, no se encontraba melancólico, triste o llorando por ella, solamente tenia una mirada seria analizando las causas por la cual no funcionó.
Al día siguiente, la mejor amiga de Aidea, le habla a Ramiro que quería hablar con él y que le gustaría que se citaran en un café, él aceptó con gusto.
-Hiciste bien en cortar con ella,- le dice la a­­­miga de Aidea a Ramiro-, ella no te merece tú eres un niño lindo y mereces que una mujer te quiera. Ella te fue infiel, y tu mismo te diste cuenta al momento de enfrentarte con ella preguntándole si ella ha sido sincera contigo, ella no te respondió al momento, titubeó y buscaba distracciones para no responder.-
Ramiro, en un momento de debilidad tensa los dientes y se humedecen los ojos, se retira y se va volando rápidamente (como superman) hasta llegar a la casa de Aidea.
Ramiro vestido de blanco llega a una superficie árida y con atmósfera de tristeza, ahí esta la casa de ella toca a la puerta y sale Aidea vestida con una túnica negra, de pronto él la cargó entre sus brazos y ambos se quedaron fijamente mirándose a los ojos, buscándose en los ojos del otro, ella quería hablar pero este lo impide metiéndole su dedo pulgar a la boca de ella, para que la chupara y de ahí subieron las escaleras que los llevaría a la sala. Pero antes tenían que abrir una puerta blanca que los conduciría a un jardín, ahí era de noche con cielo estrellado, Ramiro se sienta en el sofá del cuarto sin soltar a Aidea de sus brazos.
Él seguía viéndole a los ojos, sin quitarle su dedo pulgar que chupa ella, buscaba razones por al cual se enamoró de ella, por que ella, el momento preciso, si todavía sentía algo por ella. Aidea no expresaba nada en su rostro ni mucho menos su mirada, solo continuaba chupando el pulgar de Ramiro.
Ramiro habla con voz quebrada:
-Aidea se que en un momento me dijiste que te cuesta expresar tus emociones, y yo te preguntaba si me querías, y tu me respondías un “si te quiero” tan gris, con duda y sin emoción, por que apagabas tu celular, por que no te encontraba en los lugares donde frecuentabas, por que no con confiabas en mi, yo si te quiero pero tu forma de ser me hace sentir inestable e inseguro, en vez de estar bien contigo me siento angustiado, no me dejas enamorarme abiertamente de ti, y por mas que me esforcé para que nuestra relación saliera de maravilla.- termino expresándose Ramiro llorando a quejidos.
De pronto Aidea deja de chupar el dedo pulgar de Ramiro y le responde:
-Ramiro, temía enamorarme, no quería que me lastimaran y así fue, pero si en verdad quieres saber que te fui fiel, pues si, te fui fiel-
En ese momento Ramiro se sorprendió por o que escuchó de Aidea y su dedo pulgar empezó a sangrar, su ropa blanca cambió de color a negro de igual forma Aidea sus prendas negras cabió de color a blanco, empezó a sangrar de su vientre, corrió mucha sangre que se mezclaron entre si empapando de rojo el sofá. En el cielo se borraron las estrellas, tornándose a un color violeta marchitada. Todo se veía agonizante.

En esa habitación la gravedad se suspende y todo queda flotando, Ramiro y Aidea quedaron paralizados casi congelados, se desprenden y se alejan uno del otro, flotando en el cuarto y entre mas pasa el tiempo mas se alejan, si uno de los dos logra desparalizarse todo se suspende y vuelven a acercarse, pero eso no es posible, ya que la arrogancia, el honor, el orgullo se hacen presente, luego de un largo tiempo se van y aparece el perdón y el amor, pero ya es demasiado tarde, Ramiro y Aidea estaban demasiado lejos uno del otro flotando, casi hasta perderse .



­­ Este dolor que ambos comparten, no es de amor sino más bien es un dolor que tienen por dejarse llevar por su inseguridad, por no hablar, por no expresarse, por no preguntar por no confiar en uno ni en otro y hacerle caso a otros.

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