…Ella vio en mí que soy un buen amigo, decide darme su número celular, y le mandaba mensajes de felicitación, saludos, motivación, etc, y ella los respondía. La comunicación crecía cada vez mas y mas. Le preguntaba en varias ocasiones de que lugar era, y nunca me lo dijo, era algo reservada, decía que vive cerca del puerto de Veracruz. En varias ocasiones le pedía su número telefónico fijo solo para hablar con ella y conocer su voz, cosa que también me negaba a proporcionármelo, me respondía que no era necesario, que tenia una voz muy fea, nada favorecedora.
Un día, ya en confianza, platicando en el messenger me dice que ciudad vive y de inmediato le digo que me invite a pasear por su tierra, y ella me dijo ¡cuando quieras!, le tomé la palabra y le confirmaría el día que estaría ahí. Cuando estoy a unos kilómetros de su casa le mando un mensaje a su celular informando que, me encontraba en la ciudad donde vive, ella me contesta que no se encontraba en casa, estaba en el puerto, simplemente se le olvidó, yo me sentí algo estupido, confundido, buscaba una respuesta no se, algo, una justificación y no lo encontré. Yo con las ansias de verla decido ir al puerto, y estando ahí le mando de nuevo un mensaje a su cel, diciéndole que me encontraba en el puerto y me responde que ya estaba de regreso en casa. De nuevo me sentí estupido, pero luego me manda otro mensaje dándome su número telefónico de su casa, y le marco, y fue ahí que por vez primera escucho su voz. Recuerdo que le dije que era mala, muy mala, me responde que si, ja ja.
Creo que ese viaje no fue en vano, por lo menos conseguí su número telefónico y al escuchar su voz me hizo sentirme bien. Regreso a casa algo feliz. Fueron unos días en la cual ella apenada mostraba disculpas, que fueron aceptadas, sentí ahí que nuestra amistad se había cultivado perfectamente, y que la distancia no era obstáculo para continuar. Fue demasiado tarde cuando me di cuenta que mis sentimientos crecían más y más, no se como paso, tal vez sea la costumbre de platicar con ella todas las noches, me cerré por completo del mundo exterior, sentía que no lo necesitaba y fue ahí que me enamoré de una perfecta extraña.
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